Hay países que te invitan a moverte. A salir de la recamara, a levantar la vista, a ponerte zapatos cómodos (por que te invita a caminar mucho) y respirar profundo. Canadá es uno de esos. No importa si llegas en verano o invierno, si te gusta caminar, remar, esquiar o simplemente ver paisajes que parecen sacados de un fondo de pantalla. Canadá tiene todo para sorprenderte.
Y te aseguramos que tiene con que.
NATURALEZA QUE SE SIENTE DE VERDAD
Si eres de los que aman el aire libre, pero también disfrutan de no tener que andar en modo explorador extremo todo el tiempo, este país es ideal. Hay parques nacionales enormes, lagos que parecen espejos, bosques con árboles altísimos, y caminos donde puedes caminar por horas sin aburrirte. De hecho, puedes estar viendo una montaña nevada, luego pasar por un bosque y terminar frente a una cascada… todo en el mismo día.
Uno de los grandes placeres de estar en Canadá es que la naturaleza está al alcance. No tienes que irte al fin del mundo para ver algo increíble. A veces, solo necesitas subirte a un tren, rentar una bici o caminar unas cuadras para estar frente a un paisaje que te deja sin palabras. TODO MUY CERCA.
COLORES QUE CAMBIAN CON CADA ESTACIÓN
Canadá cambia de cara según la temporada. En otoño, los árboles se visten de rojo, naranja y dorado. Literal, parece que todo el país entró en modo pintura. En invierno, la nieve cubre todo de forma muy linda y fría (pero se ve precioso). En primavera, los campos se llenan de flores y en verano, el cielo se queda azul por horas y horas. Descubre las mejores playas de Estados Unidos.
Eso hace que cada visita se sienta diferente. Si vas en verano, puedes hacer kayak en un lago sin congelarte. Si vas en invierno, puedes patinar sobre hielo en un canal o subirte a una montaña para esquiar. Y si solo vas a caminar, no te vas a aburrir.
CIUDADES RODEADAS DE AIRE FRESCO
Otra característica de Canadá es que sus ciudades no se pelean con la naturaleza. Toronto, Montreal, Vancouver, Quebec… todas tienen parques enormes, ríos, lagos y mucha cultura. Puedes empezar el día tomando café y terminarlo viendo las estrellas desde un muelle. Es ese tipo de equilibrio que se disfruta sin darte cuenta.
Además, todo está pensado para que puedas moverte con calma. Hay espacio para caminar, andar en bici, sentarte a leer en el pasto o hacer picnic. No hay prisa, y eso se agradece.
Además, Canadá está catalogado como uno de los países más seguros de todo el mundo. Su forma de vivir, cultura y educación hacen que sea un lugar cómodo para turistas, para que te reciban como en casa.
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Porque a veces, lo mejor de un viaje no son las cosas nuevas, sino el silencio, los colores y la calma que te hacen sentir bien.
