Mazatlán es mar, sol y alegría. Es caminar por su malecón al atardecer, conocer calles coloridas y dejarse llevar por la brisa del Pacífico. Pero si hay algo que realmente se lleva el corazón (y el paladar) de quienes lo visitan, es su cocina sinaloense. Aquí, cada platillo cuenta una historia, cada ingrediente tiene raíces, y cada bocado es una celebración.
Quedarse en Park Royal Homestay Mazatlán te acerca no solo al mar, sino también al sabor auténtico de esta tierra costera. Con una ubicación cómoda y tranquila, es el punto de partida perfecto para descubrir lo mejor de la gastronomía local, tanto dentro como fuera del hotel.
SABORES QUE NACEN DEL MAR
Mazatlán es famoso por su pesca fresca y su cocina marinera. Muy cerca del hotel, puedes encontrar desde puestos sencillos hasta restaurantes familiares que sirven ceviches, aguachiles y cócteles de camarón preparados al momento. No hay nada como probar un aguachile verde bien fresco, con ese toque picante y ácido que despierta todos los sentidos. Otro destino imperdible de México es Acapulco, conoce más aquí.
Y si prefieres algo más tradicional, los tacos de marlín ahumado o las empanadas de camarón son imperdibles. Muchos lugares locales los preparan con recetas que han pasado de generación en generación, lo que les da un sabor único, casero, honesto.
EL ENCANTO DE LOS MERCADOS

Mazatleco
Una experiencia que vale muchísimo la pena es visitar el Mercado Pino Suárez, en el centro de la ciudad. Allí, entre colores, aromas y voces, puedes encontrar frutas tropicales, dulces típicos, especias, quesos y todo tipo de delicias regionales. Es un lugar ideal para comprar algo rico y también para conversar con quienes han estado toda la vida detrás de los puestos.
Los viajeros que se hospedan en Park Royal Beach Mazatlán suelen aprovechar su cocina equipada para preparar algo con productos frescos del mercado. No se necesita ser chef para hacer una cena sencilla pero deliciosa con ingredientes locales.
COMIDA CON CALMA, COMO EN CASA
Una de las cosas más lindas del Park Royal es que te hace sentir en casa. Puedes empezar el día con un desayuno tranquilo en tu propia terraza, con pan dulce de la esquina, café recién hecho y quizás unos mangos o plátanos frescos. Tener ese espacio personal te permite disfrutar la comida sin apuros, a tu ritmo, como debe ser.
Además, el hotel tiene un ambiente familiar, amable, donde todo fluye sin pretensiones. Si prefieres salir a comer, hay muchas opciones cerca: desde marisquerías con vista al mar, hasta fonditas escondidas donde las tortillas se hacen a mano y el sazón lo pone una abuelita sonriente
Para cerrar con algo dulce, no te puedes ir de Mazatlán sin probar las cocadas, los jamoncillos de leche, o el pan de mujer, un panecito tradicional muy querido en la región. Muchos de estos postres los venden en pequeñas panaderías locales o incluso en carritos que pasan por las calles. Llevarte una bolsita de estos sabores es como llevarte un pedacito del viaje contigo.
Mazatlán no solo se visita, se saborea. Y hacerlo desde un lugar cómodo y acogedor como Park Royal Beach Mazatlán permite que todo fluya de forma natural, sin prisas. Aquí, la comida no es solo alimento: es parte de la cultura, de la gente, de la alegría sencilla que define este destino.
Así que si estás planeando una escapada con alma, no olvides dejarte sorprender por los sabores locales. Porque en Mazatlán, comer bien es parte del viaje.